Establecer una base lunar, con astronautas habitándola de manera semi permanente es una de las grandes esperanzas, tanto de fanáticos de ciencia ficción como de quienes desean explorar e investigar el espacio.
Desafíos hay muchos: la falta de una atmósfera, los cambios de temperaturas entre el día y noche lunares, puede bajara hasta los -230°C de noche y llegar sobre los 120°C en el día, sumar a esto la falta de agua simplemente empeora muchos las cosas. Pero descubrimientos de reservas de hielo en la superficie de la luna y al interior de cráteres, donde el Sol no llega de forma directa, principalmente realizados con observatorios como SOFIA y otras misiones lunares, mejoran las perspectivas de ambiciosos programas espaciales como ARTEMIS, que pretenden además de llevar a la primera mujer a la superficie de la Luna antes del fin de esta década, así como también establecer la primera base lunar, con una capacidad de mantener astronautas en nuestro satélite durante uno o incluso dos meses.
Ilustración de la Luna y del crater Clavius con moléculas de agua atrapada en la superficie, obtenidas gracias al observatorio SOFIA. Crédito: NASA/Daniel Rutter
Desde el punto de vista puramente científico analizar el origen del agua en la luna es bastante interesante, ¿de dónde vino? ¿Es parte del agua que sobrevivió desde el choque con la Tierra primigenia al momento de formarse? un escenario que parece poco probable pues las altas temperaturas tras el impacto harían escapar a las gotitas y se evaporarían con facilidad. Por otro lado pueden ser restos de cometas que se han estrellado con la Luna a lo largo de su historia, de ser así comparar estas muestras con cometas, asteroides y el agua de nuestro planeta quizás nos ayude a entender mejor nuestro satélite y la evolución del sistema solar.
Finalmente es muy importante considerar que cada gramo de agua lunar que seamos capaces de utilizar será una disminución en la cantidad de agua que tenemos que transportar desde la Tierra, sin duda un gran ahorro de peso que podemos usar para llevar más equipos, o personas. Pero una reflexión que tenemos que hacer ahora es esta: No podemos explotar sin miramientos, el que seamos capaces de extraer agua del rocoso y polvoriento suelo lunar no puede ser la única forma la reutilización y el cuidado extremo de este escaso elemento en el espacio serán claves para vivir en un ambiente altamente hostil con toda forma de vida, la colonización del espacio tiene que ser responsable, sino es que aún no hemos aprendido nada.
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